Mans de Sant

Fisioterapia en la tercera edad

Asociada a la edad, la fragilidad es un deterioro progresivo del organismo y precursora de la pérdida de autonomía. Los pacientes sufren dificultades para realizar su vida diaria y se vuelven más vulnerables a otras enfermedades y problemas de salud.

La población española envejece a un ritmo imparable de la mano del aumento de la calidad de vida y la salud de la ciudadanía. Las previsiones apuntan a que un 31% de los españoles tendrán más de 65 años en 2050. Y, entre ellos, una gran mayoría afrontarán problemas de fragilidad.

¿Qué coste supone esto para las arcas públicas? Hasta unos 2.500 euros anuales por cada mayor tratado, aunque hay estudios de la Unión Europea que cifran esta diferencia hasta en 5.000 euros. Es decir, que la fragilidad multiplica por cinco la inversión que requiere el tratamiento médico de una persona mayor.

Cuándo acudir al especialista?

La parte positiva es que se puede prevenir y revertir una vez que está diagnosticada.

¿Cuándo se puede acudir a un especialista para que haga un diagnóstico sobre fragilidad? Cuando se observen estos síntomas:

Problemas de movilidad: para subir o bajar escaleras, caminar, etc., que generan a su vez un sedentarismo creciente; problemas de equilibrio; caídas o tropiezos frecuentes; dificultades en tareas cotidianas como el baño; aislamiento social.

Importancia del diagnóstico precoz

Lo más importante es la detección precoz, que ayuda a que los efectos del tratamiento sean más rápidos: lo ideal es contar con un equipo interdisciplinar que pueda dar al tratamiento un alcance conjunto: revisión de medicación, nutrición y programa físico. El tratamiento debe ser personalizado en atención a las necesidades de cada persona y su evolución. La fisioterapia aporta ejercicios de resistencia aeróbica, flexibilidad, equilibrio y fuerza muscular. El objetivo es ayudar al paciente a mantener o recuperar su máxima capacidad funcional, complementando la parte física con la emocional y social.

La principal labor de los fisioterapeutas con estos enfermos es ayudarles a mejorar su calidad de vida desde tres ángulos complementarios: el bienestar físico, psicológico, emocional y social. No podemos olvidar que, al recuperar movimiento y funcionalidad, favoreciendo su autonomía, los afectados experimentan una notable mejoría también en las relaciones sociales, lo que, a su vez, incide en el estado de ánimo y retrasa el deterioro de la actividad cognitiva.

 La fisioterapia es importante para estos pacientes

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