El Día Mundial de la Fisioterapia (8 de septiembre) está dedicado este año a la artritis, siguiendo las indicaciones de la organización internacional WorldPhysiotherapy. El Día Mundial es también una oportunidad para todo el colectivo de crear conciencia sobre la contribución crucial que hace la fisioterapia para mantener el buen estado de salud de las personas desde cada uno de los ámbitos de actuación, favoreciendo su movilidad y su independencia.
Con el Día Mundial queremos hacer un recordatorio en toda la población que ir al fisioterapeuta, al menos una vez en el año, nos aporta herramientas básicas para mejorar nuestra salud.
La artritis es una inflamación aguda o crónica de las articulaciones con síntomas como dolor, abultamiento, rigidez y envejecimiento, que pueden reducir funcionalidades y destreza. Puede afectar personas de todas las edades y condiciones físicas, hecho que a veces no se tiene bastante presente. Sea qué sea el tipo de artritis, hay que mantenerse físicamente activo y optar por hábitos de vida
saludables.
La fisioterapia tiene que formar parte del equipo multidisciplinario que puede ayudar a controlar la artritis. El trabajo en fisioterapia puede incluir diferentes estrategias como elaborar un programa de ejercicios adaptado; aumentar la fuerza, resistencia, movilidad y nivel de actividad; encontrar el equilibrio entre descanso y actividad; controlar el dolor, el abultamiento y la rigidez, modificar
actividades al trabajo o a casa y, también, una evaluación global que ayude a acceder
a la atención otros profesionales.
El DMF tiene que servir para tomar conciencia sobre la importancia de luchar contra la artritis, una patología que puede acabar afectando la capacidad para hacer vida profesional, pero también social y de ocio. Esta función de la fisioterapia es fundamental también a nivel preventivo y requiere una inversión por parte del sistema de salud. Está demostrado que la fisioterapia reduce el tratamiento farmacológico y, por lo tanto , el gasto farmacéutico.
