Mans de Sant

La rehabilitación del esguince de tobillo

Quien más quien menos todos hemos sufrido torceduras de intensidad variable que le ha forzado a parar la actividad durante unos días y hasta alguna semana. El tobillo es la pieza clave para afrontar descensos con seguridad, pues nuestro terreno de juego se caracteriza por ser un medio irregular y en muchas ocasiones inestable. Un error en la pisada, un despiste y el tobillo es la principal víctima. En el número anterior de Mans de Sant, el centro de fisioterapia de Sant Cugat del Vallès i a domicilio, presentamos el tratamiento. En esta segunda parte, describimos los ejercicios de rehabilitación.

En la serie de articulaciones que intervienen en la carrera a pie, el tobillo es la que soporta mayor carga, ya que todo el peso del cuerpo reposa sobre ésta. Además, el tobillo es el responsable de man tener una cierta estabilidad del cuerpo en su progresión; es, por decirlo así, el elemento estabilizador capaz de compensar las irregularidades del suelo. No obstante, dichas irregularidades pue den imponer unas condiciones demasiado exigentes para el funcionamiento normal de esta articulación: sería el caso de descensos técnicos y pedregosos, pero también otras situaciones, como bajas condiciones de luz (corriendo de noche o con mal tiempo), factores ambientales diversos, como la humedad que puede convertir el terreno en una verdadera pista de patinaje, o una ligera capa de nieve que esconda algún agujero o piedra. Y, porqué no, el mero despiste del corredor, provocado por la falta de atención a causa del cansancio, por levantar la vista en o momento inadecuado y una largo etcétera de situaciones. Ya hablamos en el número anterior del tratamiento del esguince de tobillo. Ahora toca el turno a su rehabilitación mediante ejercicios específicos.

Es fundamental entender que si uno se quiere curar bien, hay que concienciarse que no sólo es importante el trabajo que realiza nuestro fisioterapeuta, sino que hay que trabajar en casa y efectuar los ejercicios diariamente.

Hay diferentes tipos de ejercicios los cuales se desarrollan según su intensidad:

Ejercicios isométricos: trabajan la fuerza sin que haya movimiento de la articulación.

Ejercicios concéntricos y excéntricos en descarga: mejoran la fuerza y hay movimiento de la articulación, aunque el pie no está aguantando el peso del cuerpo. Se suele trabajar con cintas elásticas, pesos o incluso resistencia manual efectuada por el fisio.

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