La Navidad es uno de los momentos más especiales de nuestro calendario. Se nos acumulan fiestas, celebraciones y compromisos durante 15 días, acompañados, no hay que decirlo, de comidas y cenas con familia y amigos. El riesgo de cometer algún exceso es obvio y, a Mans de Sant basura una apuesta global y continuada por un modelo de vida activo, y la Navidad también puede ser un buen momento.
Estos días también tenemos buenas excusas para estar en forma y no dejar de cuidarnos. Las personas que hacen atletismo de una manera habitual pueden disfrutar de la Carrera de las Narices, una tradición arraigada que cada vez se puede disfrutar en más ciudades en todo Cataluña el último día del año. Estas carreras, más allá de los corredores que compiten de manera profesional, son un momento genial y también divertido para decir adiós en el año haciendo una actividad física, pero también lúdica. Por las condiciones específicas de estas carreras y por el momento del año que es, hay que prepararse bien para prevenir lesiones.
Por un lado, hay que apuntarse solo si ya se ha hecho un plan previo de entrenamiento y, el día de la carrera, hay que calentar convenientemente antes y estirar también una vez acabe. Con las temperaturas habitualmente frías que hace estos días , esta preparación antes y después es fundamental.
Mejorar el estado físico
Durante los días propiamente de Navidad en que puede haber comidas abundantes, es recomendable seguir algunas prácticas de estiramientos para mejorar el estado físico. Por ejemplo, una simple paseada después de una comida abundante puede ayudarnos mucho en la digestión y no exige un gran gasto de energía. También hay una serie de estiramientos que se pueden hacer fácilmente a casa y ayudan que el cuerpo no sufra más de la cuenta el sedentarismo de estos días.
Los estiramientos de gemelos, por ejemplo, consiguen reforzar la musculatura posterior y mejorar el centro de gravedad del cuerpo. Un buen ejercicio es situarse de forma inclinada en un ángulo de 180 grados apoyando los brazos sobre un punto de apoyo a la altura de la cintura (una mesa, una silla, etc.).
Ponemos las piernas en un ángulo de apertura cómodo para la pelvis e inclinamos un poco las rodillas. El objetivo es que la musculatura lumbar y los gemelos sientan la presión suficiente para controlar toda la cadena muscular posterior y se puede ir modificando la postura inclinándose más o menos en función de la presión sobre la espalda y los muslos.