Masajes terapéuticos con frío

La mejora en la eficacia de los tratamientos de masajes utilizando el frío (criomasaje) para patologías musculares y esqueléticas, junto con el diagnóstico de una artritis reumatoide en las manos que lo impide forzar en exceso las manos motivaron el fisioterapeuta santcugatense Ivan Alòs a inventar un nuevo widget, único en el mundo, denominado Cool Roller, que permite aplicar el frío para aligerar las inflamaciones y el dolor, sin tener que parar de hacer el masaje y sin tenerse que mojar las manos ni tener que mojar tampoco los pacientes.

Dos años estuvo Alòs diseñando el prototipo; haciendo dibujos, pruebas de materiales, y finalmente encontrando la solución y encargando la fabricación de las primeras 7.000 unidades a varias empresas catalanas. Necesitaba un aparato que fuera manejable, pero suficientemente grande para que el terapeuta pudiera trabajar con la máxima superficie de contacto y se adaptara al máximo en el cuerpo del paciente.

La solución fue la unión de dos esferas con un tipo de plástico que contiene un líquido térmico a su interior que, después de un tiempo al congelador, mantiene el frío durante veinte minutos. Pero también pensó una fórmula para que este mismo hielo pudiera calentarse con el microondas y, de este modo, poder aplicar un masaje de contraste con dos Cool Roller a la vegada. Durante un año y medio, Alòs probó la eficacia de este criomasaje en seco en más de 1.200 pacientes con diferentes patologías, como por ejemplo dolores cervicales, males de espaldas, lumbalgias epicondilitis, pero también en deportistas de élite antes y después de las competiciones. Los extenistas Àlex Corretja y Alberto Berasategui; la modelo Verónica Blume, y la exnadadora de la selección de sincronizada Gemma Mengual, han sido algunos de sus pacientes. Y esta última es la protagonista del video de modo de empleo con que se acompaña la adquisición de un Cool Roller.

Actualmente el widget se puede comprar en la tienda electrónica www.coolroller.es a un precio de 25 euros. Además, también se puede adquirir en la sede de la empresa especializada en masajes terapéuticos Mans de Sant de Sant Cugat, de la cual Alòs es el gerente. La mayoría de las 7.000 ventas de Coll Roller se han hecho a profesionales del sector por medio de una quincena de distribuidores, puesto que la creación del widget también ha llevado implícita la creación de una nueva técnica que se enseña en las universidades.

En este sentido, Alòs ha mostrado sus conocimientos en la Universidad Internacional de Cataluña, la Universidad de Reus y la Universidad Jean Piaget de Portugal, además de presentar esta técnica en varias clases en escuelas de terapia y masaje. De hecho, el Cool Roller ya lo prescriben profesionales del sector para poder continuar haciendo tratamientos más sencillos a cargo de los mismos pacientes a casa suya.

Expansión Internacional

El objetivo de los próximos años es potenciar las ventas con un posicionamiento del sitio web destacado para incidir más en la distribución del widget en otros países. La vocación internacional es presente desde el comienzo, puesto que también se han vendido un millar de unidades en Portugal, Costa Rica y Chile. Cuando inventó el aparato, ya tuvo cura de patentarlo en muchos países, como por ejemplo en todos los europeos, en varios países de Sudamérica, los Estados Unidos, Australia y Japón.

La intención, según explica Alòs, “es potenciar esta vertiente internacional” y, por este motivo, llegará a un acuerdo con un distribuidor británico, con el objetivo de entrar en este mercado y vender unos 1.500 el primer año.La estrategia, una vez se ha llegado a distribuir entre muchos de los profesionales del sector, es dirigirse específicamente al consumidor final, aprovechando las redes sociales.

Alòs también ha ido mejorando el diseño del Cool Roller, incorporando posteriormente tapones de cuatro formas y medidas diferentes, intercambiables, con la idea de trabajar con intensidad añadida en aquellos puntos que permiten incidir más en los tejidos en que se concentra el dolor. El widget se llena con un hielo térmico, hecho con una base de agua, que permite que el frío se conserve como mínimo durante veinte minutos. Es el único que, con el tiempo, se tiene que cambiar, porque con el uso pierde sus propiedades.

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