Una de las partes sensibles de nuestro cuerpo y propicia para las lesiones es la rodilla. A pesar de que en la práctica deportiva, son mucho más a menudo las lesiones musculares y las lesiones del pie y tobillo, con la rodilla se pueden añadir complicaciones que pueden conducir hacia el quirófano.
Las lesiones de la rodilla, a pesar de no ser las más frecuentes, sí que tienen más trascendencia, porque algunas de estas requieren una intervención quirúrgica para solucionarlas. La mayoría de actividades deportivas implican ejercicios de carrera, saltos, giros y, si añadimos el contacto de algún deporte, facilita que la rodilla sea una de las articulaciones más afectadas por la actividad física.
Los deportes con más lesiones en la rodilla en el contexto de un traumatismo son el fútbol, el baloncesto, el hockey y el esquí y, si no hay antecedente de traumatismo, los deportes con más lesiones en la rodilla son el running, el ciclismo, la natación y el tenis.
Un buen calentamiento puede evitar sustos. El calentamiento previo al ejercicio aumenta el flujo sanguíneo a los músculos que se utilizarán durante la práctica deportiva. De este modo, el cuerpo se prepara para el ejercicio, cosa que reduce una cuarta parte la probabilidad de sufrir lesiones en la rodilla.
Un entrenamiento ineficiente también puede castigar las rodillas. Los entrenamientos tienen que incluir ejercicios de calentamiento y enfriamiento, ejercicios de potenciación muscular y ejercicios de flexibilidad. Hay que destacar los ejercicios de control neuromuscular, que enseñan, por ejemplo, a caer bien después de un salto y a hacer los movimientos corporales de forma que no sean agresivos para las articulaciones, y que reducen de manera significativa el riesgo de lesionarse.
Más o menos graves
En la hora de separar la clase de lesiones en menos y más graves, el especialista nos comenta que más habituales en las rodillas, en el contexto de un traumatismo o esfuerzo brusco, son las lesiones musculares que afectan los isquiotibiales y al cuadriceps. También son frecuentes las del ligamento lateral interno y ligamento cruzado anterior y, finalmente, lesiones de los meniscos.
Otro grupo de lesiones muy usual, pero en este caso en un contexto crónico sin un traumatismo o esfuerzo brusco, son las lesiones tendinosas, ya sea del tendón rotular, del cuadriceps y de la cinta iliotibial y las lesiones cartilaginosas, sobre todo de la rótula. Sobre las más graves, dice, son las que ocurren en un contexto de alta energía, como deportes con vehículos de motor o deportes aéreos, donde puede producirse una fractura del platillo de la tibia, la parte de la tibia que se encaja con el fémur. Otras lesiones graves son las multiligamentosas de la rodilla donde se rompen más de un ligamento.
