Fisioterapia con punción seca en Mans de Sant

La punción seca es una innovadora técnica fisioterapéutica que utiliza agujas de acupuntura para tratar ciertas dolencias, especialmente el síndrome de dolor miofascial. En Mans de Sant durante los últimos meses, un grupo de fisioterapeutas se han formado en esta nueva técnica para ofrecer este nuevo servicio de fisioterapia a nuestros pacientes. Al final, en el centro de fisioterapia de referencia en Sant Cugat del Vallés siempre se busca el objetivo de conseguir la recuperación completa de las personas que nos visitan. Por ello, la innovación en Mans de Sant es constante tanto por lo que respecta a la maquinaria que se incorpora como Physium, Indiba, ondas de choque, Thumper o Normatec, entre otras, como las técnicas que se añaden para tratar a los pacientes de la mejor manera posible.

Punción seca, técnica semiinvasiva

La punción seca se define como una técnica semi-invasiva porque las agujas penetran la piel en busca del punto gatillo, que es el causante del dolor miofascial, para presionarlo, desactivarlo y acabar con el dolor. Para encontrarlo, la estimulación del músculo es vital, ya que si se produce dolor esto sugiere que existe un punto gatillo. La aguja se puede considerar una extensión de los dedos del fisioterapeuta, una técnica palpatoria más, gracias al efecto “varilla”: la aguja permite apreciar los cambios en la firmeza de los tejidos atravesados.

Para entender exactamente para qué sirve la punción seca, debemos profundizar en el síndrome del dolor miofascial y, para ello, hay que definir sus causas: los puntos gatillo. Son zonas del músculo débiles y con gran sensibilidad a la palpación. Se producen cuando las sarcómeras (zonas de las fibras musculares dónde se contrae el músculo) quedan permanentemente en contracción por la liberación continua de la acetilcolina, que impide la relajación de las fibras y disminuye el flujo de sangre.

En cuanto a la metodología, existen dos técnicas de punción seca:

Punción superficial: Se introduce la aguja a una profundidad máxima de un centímetro en el tejido celular subcutáneo, sin llegar a penetrar en el músculo. Tras la punción, se realiza tratamiento conservador sobre el punto gatillo, que eleva el umbral del dolor y facilita el tratamiento.

Punción profunda: Las agujas se introducen hasta alcanzar el punto gatillo, por lo que el tamaño de la aguja va en función a la profundidad del músculo dónde este se encuentre, y posteriormente se estimula (introduciendo y sacándola o haciéndola girar). Posteriormente se emplea otro tratamiento superficial.

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