El dolor difuso y profundo o agudo y a punta de dedo que despierta la palpación indica la acumulación de metabolitos en un músculo agotado por el esfuerzo. Este proceso se agudiza siempre que hay congestión e isquemia. Para poder tratar el dolor muscular en Mans de Sant, el centro de fisioterapia de Sant Cugat, primer tenemos que conocer que características tienen.
Espasmo e hiperestesia muscular
Estos términos son sinónimos de tirantez y rigidez muscular, corresponden a contracciones localizadas de lo haces musculares, agudas casi siempre. Las contracciones persistentes o crónicas pueden limitar la amplitud de los movimientos articulares. El aumento del tono muscular se debe a varias causas que se basan desde los desequilibrios posturales y la fatiga postural hasta las respuestas reflejas secundarias o cierto estrés, como los trastornos funcionales de un órgano o tejido. Esta reacción se acompaña de una doble respuesta de lucha y huida y del síndrome general de adaptación (SGA). El espasmo muscular duradero produce isquemia, liberación de metabolitos tóxicos y dolor en el músculo.
La hipersensibilidad y rigidez muscular pueden ser una forma de expresarse ciertos estados emocionales como la ansiedad,
Los trastornos mecánicos pueden causar hipersensinblidad y tirantez muscular; como por ejemplo las incurvaciones raquídeas anormales pueden causar contracciones musculares a fin de corregir la pérdida del alineamiento, y la sensibilidad exagerada al contacto y la presión puede deberse a la presión que el alineamiento defectuoso produce sobre las raíces nerviosas.
La palpación de los músculos tensos y fatigados se acompaña siempre de dolor.
Contractura muscular
Cualquier músculo y la fascia que lo rodea pueden contraerse a causa de un espasmo crónico localizado en el propio músculo. Si un espasmo muscular de cualquier origen dura más de unas semanas, evoluciona hacia la cronicidad y se acompaña del depósito de fibras conjuntivas. Con la palpación se percibe rigidez y disminución de la longitud del músculo. Este engrosamiento y acortamiento afecta sobretodo a la fascia, es decir al epimisio (que rodea al músculo) a perimisio (que rodea a los haces musculares) o al endomisio que rodea a las células musculares.
Así llega a producirse un acortamiento total de las fibras musculares y de las fascias.
Lesiones fibrosas
La fibrosis puede aparecer en los músculos sometidos a esfuerzos o microtraumatismos repetidos. Las fibras de colágeno se depositan en las fibras musculares y en las capas de las fascias durante el proceso de reparación y como reacción defensiva.
Un ejemplo son los desequilibrios posturales que sobrecargan a los músculos por ejemplo a los paravertebrales .Al palpar la zona del músculo afectado se percibe una dureza que apenas cede cuando se intenta estirar las fibras. La contractura de un músculo suele ir acompañado de cierto grado de fibrosis.
Nódulos (zonas hiperestésicas) Los nódulos son porciones duras o induraciones que a veces se perciben al palpar los músculos superficiales y las fascias que los rodean. Su aparición está favorecida por la aparición del estrés. Las zonas hiperestésicas adoptan la forma de grupos de células grasas situadas en la proximidad de una capa de tejido conjuntivo, junto con fibrina y fibras elásticas. A veces se describen cono nódulos de grasa, sobretodo si contiene lobulillos adiposos y si son más blandos a la palpación, generalmente se encuentran en los sujetos endomorfos (personas de estatura baja y de complexión fornida). En la mayoría de los casos las zonas hiperestésicas ceden o se alivian con el CRCM pero la técnica debe aplicarse aumentando poco a poco su intensidad.
Zonas gatillo:
Cuando los nódulos se cronifican pueden convertirse en zonas de desencadenamiento que actúan sobre el cuerpo como os estrés i pueden dar lugar espontáneamente a irritación, dolor o sensaciones anormales en otra región del cuerpo que se conoce como área “diana”. Estas zonas gatillo y el área diana poseen la misma inervación y además están conectadas a través del sistema nervioso vegetativo. Las zonas gatillo pueden activarse y causar movimientos reflejos en ausencia de toda palpación. Las consecuencias reflejas y los trastornos funcionales que aparecen en una zona del cuerpo alejada de una zona gatillo son los siguientes:
-sensibilidad exagerada al dolor provocado por la presión.
-espasmo debilidad o temblores de la musculatura voluntaria.
-hipertonía o hipotonía de los músculos voluntarios que afectan principalmente a los vasos sanguíneos, los órganos viscerales y las glándulas. Estas alteraciones se manifiestan a través de los músculos involuntarios bajo la forma, por ejemplo, de cambios en la cantidad de secreción de glándulas oculares, bucales y del aparato digestivo, como trastornos de las funciones excretoras.
A veces, las zonas gatillo permanecen latentes y solo producen sensaciones anormales, casi siempre dolores, cuando se comprimen o se manipulan los tejidos donde están localizadas. Las zonas gatillo ese encuentran principalmente en los músculos contraídos, pero pueden localizarse en cualquier tejido.
En algunos casos una cicatriz puede actuar como una zona gatillo y si no se descubre ni se trata pueden aparecer síntomas reflejos en otras regiones. El tejido donde se asienta la cicatriz debe palparse en busca de adherencias y de zonas de hiperestesia que se irritan al palpar la piel.