Quien más quien menos, durante estas próximas semanas y meses se acercará a la playa o a la piscina, ya sea cerca de casa o en el destino de veraneo. Durante todo el año acostumbramos a elegir otras opciones para poder practicar una actividad deportiva, pero la llegada del buen tiempo invita a disfrutar de los deportes acuáticos.
Si nuestro objetivo es hacer ejercicio, en la playa o a la piscina, tanto en la una como en la otra tendremos que seguir los consejos según el estilo que queramos utilizar: crol, espalda o braza. Si tenemos alguna patología cervical o lumbar habrá que adaptar el estilo, evitando sobre todo el estilo mariposa en cualquier caso.
Como siempre que hacemos ejercicio, será fundamental hacer estiramientos previos para evitar el riesgo de lesiones. Otro riesgo que hay que evitar es el de las zambullidas imprudentes. Sabemos que cada año se dan casos de personas afectadas por lesiones medulars o traumatismos craneoencefálicos por esta razón y, especialmente a los niños y los jóvenes, hay que recordarlos que sean prudentes.
La inmersión al agua aporta importantes beneficios en nuestro cuerpo. El menor peso al agua favorece los procesos de recuperación de los postoperatorios, de las personas con artrosis o artritis y de las embarazadas.
EL agua nos permite fortalecer la musculatura sin carga articular y, incluso, solo andando dentro el agua ya conseguimos muchos de estos beneficios. Cómo en cualquier otra actividad física, es clave conocer nuestro propio estado de salud y, desde aquí, planificar cuáles son los mejores ejercicios para nosotros y adaptarnos al que mejor ente puede funcionar, siempre con la ayuda de un fisioterapeuta para poder consultar y confirmar la hoja de ruta.
Un consejo general es que durante el verano habrá que evitar las horas centrales del día para hacer cualquier tipo de actividad deportiva porque estamos aumentando el riesgo de tener un golpe de calor y, en todo caso, tener mucha cura con la hidratación, que tiene que ser constante.
Desde Mans de Sant sabemos que el verano es un momento de relajación en el cual ponemos a nuestra agenda actividades que, seguramente, no son muy habituales durante el año. El balance entre actividad y descanso es fundamental también cuando hablamos de personas con una alta exigencia laboral durante el año. Este “descanso activo”, como podemos definirlo, se puede hacer en las mejores condiciones dentro del agua.
